Todo pueblo tiene su cliché, y si pensamos en relojes, montañas, nieve, chocolate, bancos y fondue seguramente Heidi cruzará nuestro cerebro en trineo.
La puntualidad, el respeto, la educación, el trabajo organizado, el cosmopolitismo, la directa participación política o el gusto por lo sano son las palabras clave del pueblo suizo. Los tenía por aburridos y demasiado alineados, pero cuando vives entre ellos cuesta despegarse su amabilidad y su otra forma de divertirse.