14.9.11

Gracias y hasta pronto


El porqué del Erasmus.

No salir fuera es un error. Ya seas más o menos abierto, ya te de más o menos miedo hablar otro idioma, ya tengas mejores o peores notas. El cliché de que Erasmus es sólo fiesta, emborracharse y sexo sin compromiso no es del todo falso, ya que si es cliché es porque lo único que ha quedado grabado en la retina para la mayoría de los Erasmus es eso.
Dependerá de cómo quiera cada uno organizarse el año fuera de casa, pero esta oportunidad debería ser una obligación. Porque no sólo te enseña académicamente sino también personalmente. He vivido tan bien y he aprendido tanto de tantos que si tuviera que resumir en una frase mi estancia sería "he aprendido a vivir". Perdón, "he empezado a aprender a vivir". Me olvido de prejuicios y de caminos absurdos y desconocidos que te dicen que recorras. He vivido en un país en el que no existen dobles o triples lecturas a lo que uno estudia, trabaja o emprendre. Simplemente lo hace porque es lo quiere, no lo que quieren que haga.

No es mi intención la de hacer un recorrido por todo lo vivido en este año en Suiza pues para eso comencé este blog.
Pero divisar el final de algo me hace irremediablemente volver la cabeza para recordar desde dónde empecé mi camino. Hablan del síndrome post-Eramus, de lágrimas, de últimas despedidas y de amigos perdidos en el tiempo y el espacio. Os podré hablar de lo primero en cuanto aterrice en Madrid y oiga gritar a la Paqui en la T2, y de lágrimas al ver los precios del Mercadona; pero no podré decir que ha habido últimas despedidas o amistades perdidas.

Os hablaré en cambio del año que cambió mi vida en infinidad de aspectos. El año en el que me "independicé" por vez primera, en el que valoré objetivamente mi país al observarlo desde fuera,  en el que empecé a apreciar la montaña, en el que entendí la importancia de reciclar y del verdadero concepto de economía sostenible, en el que aprendí a cocinar tantísimas y ricas culturas emplatadas, en el que me di cuenta de lo competitivo que es el extranjero y lo bien preparado que está, en el que mejoré mi francés e inglés, en el que empecé a estudiar una cuarta lengua y a chapurrear otras tantas, en el que creí aprender a querer a alguien, en el que di conciertos en el extranjero, en el que probé y degusté nuevas y tantas cervezas, en el que gané algunos minutos de puntualidad…
Por supuesto que no todo ha sido de color de rosa, pero la borrachera de nuevas sensaciones y experiencias ha sido tal, que lo único de lo que puedo hablar al levantarme al día siguiente es de ellas.

A pesar de que algunos no-hispano-hablantes no entiendan lo que hay escrito en este blog, quiero darles las gracias de corazón por este magnífico año en el que he intentado y conseguido ser una esponja con piernas y barba.
Y empiezo por mis padres, por haber hecho el esfuerzo de pagar idas y venidas, libros, compras de subsistencia y otras necesidades y caprichos. Espero haberlos gestionado bien.
A Ella, por haberme hecho sentir como un niño con juguetes nuevos el día de Reyes y abrirme los ojos a base de leches.
Siguiendo por mis hasta 3 compañeros de piso, Abele, Isabel y Valérie, suizos cada uno de una parte y que me han acogido como a uno más.
A la ingente lista de nuevas amistades que, aunque más o menos fuertes, han aportado su granito de arena, hospitalidad y tradiciones.
Y a vosotros por haber leído y seguido mi blog, por haber comentado y generado nuevas dudas e ideas. Sólo deseo haber ayudado en la decisión de todos aquellos que tienen la intención de venir a este mágico país y a comprender un poco mejor cómo son sus habitantes y sus costumbres. Y porqué no decirlo, a nosotros mismos.

Hablan del síndrome post-Erasmus. Yo hablo de Erasmus.

A bientôt, la Suisse!


6.9.11

Trucos para ser el 'King of the Swiss Road'

Si te vienen a visitar en Suiza o estás pensando tú mismo en alquilar un coche, aquí te dejo ciertas recomendaciones que te algo te ahorrarán en multas y parkímetros.
Aparcar en Suiza tiene una doble trampa: en dinero y en espacio. Las plazas están muy limitadas y el precio por hora es elevado. Pueden existir varias razones para esta limitación: por respeto al medio ambiente, por fomentar el uso del transporte público, por afán recaudatorio, por impedir que extranjeros pueblen el país con sus coches... Me quedo con las cuatro.

Lo primero con lo que debes hacerte es con el artilugio de la foto: un disco que te permite indicar la hora a la que has llegado a aparcar. Esto sólo es válido en las plazas señalizadas con este disco, que debe dejarse en el salpicadero. 3 horas gratuitas se abren camino. Al finalizar estas tres horas siempre puedes mover el coche de sitio y volver a poner el disco.


Un truco en las plazas de parking numeradas es echar antes un vistazo a las plazas que están libres. Ocurre que mucha gente abandona su plaza de parking antes del tiempo que habían pagado originalmente. Pulsando los botones del parquímetro podrás comprobar cuántos minutos quedan para cada plaza. Esta técnica es un poco… digamos "pirata", pero puede ahorrar unos cuantos francos. El riesgo es inexistente pues no hay ticket sino que simplemente el agente llegará al parquímetro, pulsará los botones y comprobará si se respetan o no los minutos que aparecen en la pantalla.


Otros métodos menos loables son la técnica de la nota: consiste nada más y nada menos que en dejar volar la imaginación, plasmarla en una hoja de papel y dejarla en el salpicadero–hay un número considerable de coches en los que podrás verla–  o engañar en la hora de llegada que se indica en el disco.

En tema de autopistas, están infestadas de radares. Y si no llevas GPS y quieres pillar la autopista, sigue a toda costa la señal verde–que normalmente no indica la dirección hasta que llegas a la entrada–.

El último consejo que puedo darte es que no te hagas el héroe con aparcar en cualquier sitio. Las multas van de 70CHF a infinito y son estrictos con las horas de fin de estacionamiento.

Bonne route!

2.9.11

La odisea del alojamiento suizo

El problema del alojamiento es famoso en la región. Incluso la televisión de la Suisse romande, la TSR, es consciente de los problemas que entrena buscar piso en Lausanne.
Todos los años hay algún reportaje sobre el tema. Desgraciadamente es bastante desconocido por todos hasta que llegan aquí. Durante mi primera semana en Suiza acogí a varios Erasmus que andaban atrincherados en el camping de Vidy–reconocido y familiar para muchos– e incluso conocí a algunos que cancelaron su estancia en Suiza debido al serio desajuste que existe entre la oferta y la demanda en la capital olímpica.
Mi consejo: si tienes en mente venirte a Lausanne pero aún falta un mes para que se abran convocatorias de Erasmus o cualquier otro tipo de beca de movilidad, envía mensajes como loc@ a cualquiera de las residencias de la FMEL (Fondation Maisons pour Etudiants Lausanne). Muestra tu desesperación, mete los codos.

¡Desde ya!

 

El Great Escape



Lugar mítico en Lausanne donde los haya. Punto de reunión de estudiantes, extranjeros y autóctonos. No es una discoteca de noche pero sí uno de los puntos de reunión para empezar la fiesta o ver partidos de fútbol. Abierto desde hace cuatro años, han sabido posicionarse, leyendo muy bien las necesidades del cosmopolita catálogo de estudiantes de Lausanne: amplia selección de cervezas, happy hours (de 19 a 19.30 y de 22 a 22.30), terraza, música y comida, en un ambiente de ordenado caos, pósters y televisores. Sus deliciosas hamburguesas por 13 CHF con patatas estilo deluxe son lausanamente conocidas y una de las claves de su éxito así como su exquisita selección de bar-women o los desfases que se desatan a partir de la 1 de la mañana, en los que participamos tanto clientes como empleados.
Además es uno de los lugares más solicitados por los estudiantes para trabajar por sus buenos salarios –rondando los 21CHF la hora–y sobretodo por el buen rollo imperante.

¿Dónde? Place de la Riponne, terraza percibida fácilmente desde el metro de Riponne-Maurice Béjart.